En un mundo en constante cambio como el nuestro, estar al día es fundamental. La irrupción de la pandemia aceleró por completo la revolución tecnológica que estamos viviendo y todas las empresas, independientemente de su preparación, se vieron obligadas a dar el salto hacia el digital. Ahora, dos años después, la resiliencia, la rápida toma de decisiones y la capacidad para enfrentarse a las adversidades de la forma más eficiente son valores que todo equipo debe tener como prioridad.
En el caso de la comunicación corporativa, la realidad no es muy diferente. Y es que, si bien tiempo atrás los canales de difusión y las posibilidades eran más limitadas, ahora, con lo presentes que están las redes sociales en nuestro día a día y la crisis de los medios de comunicación tradicionales, las alternativas son casi infinitas.
Es por esto que toda compañía que quiera trazar una estrategia de comunicación clara deberá, más que nunca, conocer el entorno mediático en su totalidad y las herramientas disponibles para transmitir su mensaje de la mejor manera posible, en el canal adecuado en el momento correcto. En la variedad está la clave.
La transmedialidad ya es el presente
Dada esta naturaleza multicanal intrínseca a la comunicación, y en este caso concreto a la comunicación corporativa, conceptos como la narrativa transmedia deben estar siempre presentes.
¿Y qué quiere decir esto? Que no debemos simplificar nuestra estrategia a escoger un mensaje y replicarlo en los diferentes canales, sino que deberemos hacer un esfuerzo extra en entender la oferta de plataformas y canales, así como sus respectivas audiencias que acostumbran a diferir, para que nuestro mensaje mantenga su esencia y objetivo, pero con una presentación acorde a su entorno.
El mejor ejemplo son las redes sociales. Un error muy habitual es la creación de un copy determinado y su réplica casi idéntica, únicamente adaptando la extensión del texto, en las diferentes redes. Lo correcto, por su parte, sería trasladar este mensaje a la narrativa de cada una de las plataformas para aprovechar al máximo sus virtudes y hacer de nuestro mensaje algo destaco, único y atractivo para la audiencia, como podría ser potenciando el vídeo corto en Instagram o el texto y la infografía en Twitter o LinkedIn.
En la variedad está la clave
Por último, y no por ello menos importante, debemos detenernos en la importancia de crear un contenido variado. Adaptar el mensaje a las diferentes redes sociales es un buen primer paso, pero hay vida más allá de ellas y en los aspectos más tradicionales de la comunicación corporativa debe haber espacio para la creatividad y la variedad.
En este sentido, como responsable de comunicación una de las funciones clave pase por estar siempre alerta de las últimas noticias y temas relevantes de actualidad no sólo para ser los primeros, sino para contar con el conocimiento de cambo necesario para escoger la forma de difusión más eficiente para nuestro mensaje.
De este modo, si bien una nota de prensa, siempre y cuando esté bien planteada y elaborada, puede ser adecuada para hacer llegar la opinión de una empresa o cliente a los medios, la estrategia de comunicación no debe limitarse a ello. En función del tema a tratar o medio a abordar, estos materiales deberán complementarse con la publicación de artículos de opinión, propuestas de entrevista o participación directa en tertulias o espacios radiotelevisivos. En definitiva, conocer a la perfección el mensaje a compartir y los canales habilitados para que la comunicación sea lo más clara y eficiente posible.