Pese a que las agencias de comunicación se consolidaron en el mercado hace décadas, muchos siguen creyendo que los servicios que ofrecen son exclusivos para grandes empresas. Sin embargo, la realidad es totalmente distinta ya que son compatibles y están al alcance de todo tipo de firmas, independientemente de su tamaño o estructura.
Uno de los errores más frecuentes de las compañías, por tanto, radica en el no comunicar. Destinar una partida del presupuesto a comunicación, para muchos, se trata de algo secundario, algo de lo que se puede prescindir para “evitar expensas innecesarias”. Otros argumentan que, al ser algo intangible, no merece la pena porque no se va a poder cuantificar el impacto a posteriori.
Pues bien, para aquellos que así lo piensan, en el supuesto de una startup que acaba de empezar, ¿cómo se va a dar a conocer si no tiene los conocimientos para comunicar y se encuentra en un mercado plagado de competencia directa? En el caso de una gran empresa, ¿cómo pretende progresar, consolidar su identidad y alcanzar más visibilidad si no trabaja su discurso y mantiene el contacto con medios? Y en el caso de que haya una crisis en comunicación ¿quién se encargará de hacer frente y cuál será el protocolo a seguir?
Llegados a este punto hay que plantearse si realmente es un gasto o una inversión.
Agencias de comunicación, una parte más del negocio
En una sociedad cada vez más digitalizada y en un mercado en el que coexisten un gran número de empresas y de competencia, la comunicación se ha convertido en un valor indispensable para crecer, diferenciarse y posicionarse.
En este contexto, las agencias desempeñan una función esencial. A pesar de que en la gran mayoría de casos son externas, no dejan de ser una extensión más del negocio de la compañía que contrata sus servicios. Por este mismo motivo es necesario que estén al día de todo lo que ocurre, así como de cualquier cambio que se ejecute desde dirección. Hay que tener en cuenta que la imagen de marca que se proyecte de cara al público dependerá, en gran medida, de la labor de la agencia.
Esfuerzo y constancia, las claves del éxito
Si en algo destacan las agencias de comunicación es que son las encargadas de elaborar una estrategia de comunicación a largo plazo que ayudará al crecimiento y posicionamiento de la compañía, al mismo tiempo que ofrecerá la posibilidad de conocer mejor el público objetivo y la competencia.
Cuando hablamos de la estrategia de comunicación hay que tener en cuenta que estará compuesta por una serie de acciones que la agencia definirá en función de las aspiraciones y los objetivos de la compañía en cuestión. Estas acciones se van a llevar a cabo a lo largo de varios meses. De nada sirve concentrarlas todas en dos semanas, desaparecer del mapa tras haber salido en medios y volver a aparecer al cabo de cinco meses. Hay que ser constantes en la ejecución de las mismas para ir sumando impactos de manera regular, con el objetivo de incrementar la notoriedad y la credibilidad de la compañía.
Llegados a este punto hay que tener en cuenta que la implementación de una buena estrategia no es sinónimo del aumento de ventas. Está claro que, si la agencia de comunicación y la compañía que contrata dichos servicios están alineadas, el éxito está prácticamente asegurado. Sin embargo, por muy bien planteada que esté la estrategia, si la compañía tiene carencias, no es transparente, sus productos no encajan en el mercado, no tiene un público objetivo definido, etc. no puede esperar que la agencia haga frente a estos problemas.
